Si los pollos empiezan a cojear de repente, puede tratarse de un problema grave: La enfermedad de Marek. También conocida como parálisis de Marek, hace referencia a una enfermedad vírica (herpes) de los pollos. Se trata de una de las enfermedades de los pollos que no sólo son muy contagiosas, sino que también pueden provocar grandes pérdidas y amenazar la supervivencia de toda la manada. La parálisis de Marek no se limita a un continente concreto, sino que afecta a pollos de todo el mundo.
Índice
Origen
Los pollitos y las gallinas jóvenes se ven especialmente afectados. Una vez superada la edad mágica de unos 5 meses, los pollos suelen dejar de infectarse. Sin embargo, los patógenos pueden sobrevivir durante mucho tiempo: En los huevos incubados, en los excrementos, en la cama o incluso en el suelo, hasta un año. Las muertes más frecuentes por estas enfermedades se producen entre el 60º y el 180º día de vida, porque los pollos jóvenes ya han sido infectados entonces como polluelos. La “desinfección” tras el paso de la enfermedad de Marek es problemática. Aunque se hayan eliminado todos los pollos infectados y se hayan limpiado a fondo el gallinero y el recinto, esto no es todavía una victoria sobre los patógenos.
Síntomas y tratamiento de la enfermedad de Marek
El periodo de incubación varía de 2 meses a medio año. Una vez que la enfermedad de Marek está en el recinto de la casa, puede expresarse de formas muy diferentes.
La forma crónica
La forma crónica de la parálisis de Marek, también conocida como la forma clásica, suele aparecer entre el tercer y el quinto mes de vida de los pollos y se manifiesta con signos de parálisis y, en raros casos, con ceguera. Los pollos levantan entonces las patas al caminar como los guardias frente al Palacio de Buckingham. Sin embargo, en algunos pollos sólo se aprecia una cojera, la posición de los dedos del pie está alterada o los movimientos son completamente descoordinados. Los calambres y los cambios en la pupila también forman parte del aspecto típico de la forma clásica de la parálisis de Marek. En el curso posterior, pueden palparse cambios nodulares de tipo tumoral en los cordones nerviosos de las alas y las piernas enfermas.
La forma aguda
Si los pollos tienen más de 8 semanas, también puede observarse la forma aguda de la parálisis de Marek. En algunos casos, la parálisis de Marek también se ha observado en polluelos de tan sólo 4 o 5 semanas de edad. Los únicos síntomas que pueden verse externamente son las lesiones cutáneas. Para colmo de males, la muerte también puede producirse sin que se produzcan cambios previos en la piel y el criador queda a oscuras durante mucho tiempo. Sólo cuando dos tercios de su población han sido eliminados por la enfermedad, una necropsia puede detectar los crecimientos cancerosos en las gónadas, el hígado y el intestino y se puede diagnosticar con certeza la enfermedad de Marek.
No hay rescate en la parálisis de Marek. Si los pollos, por ser especialmente robustos y resistentes, no se recuperan por sí mismos, la enfermedad suele ser mortal. En cualquier caso, es aconsejable eliminar toda la manada en caso de brote de parálisis de Marek, ya que los pollos supervivientes pueden ser portadores del virus y, por tanto, potencialmente infecciosos para todos los pollos posteriores (recién adquiridos o criados).
Prevención
Afortunadamente, existe una “hierba” contra la parálisis de Marek. Antes de la introducción de vacunas adecuadas, las pérdidas en las manadas infectadas eran considerablemente altas. Hasta el 60% de los pollos murieron a causa de la enfermedad. Sin embargo, desde la vacunación rutinaria de los pollitos de un día (existen tres tipos diferentes de vacunas para este fin) y una higiene adecuada en el establo y durante la cría, la enfermedad de Marek puede controlarse bien. Se trata de una medida que todos los criadores deberían adoptar para proteger su ganado.