Las gallinas ponen un huevo casi todos los días, al menos si pertenecen a una raza ponedora. Sin embargo, también hay numerosas razas de gallinas que proporcionan a sus propietarios un número significativamente menor de huevos de gallina. Al igual que el rendimiento de la puesta, el tamaño de los huevos y el color de la cáscara también difieren de una raza de gallinas a otra. Incluso el estado de los huevos de gallina depende en cierta medida de la raza y no sólo de la alimentación. También influye la variación estacional del color de la cáscara y del tamaño de los huevos.
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Cada huevo de gallina es diferente, ¡un auténtico ejemplar único!
Pero todas tienen algo en común: la estructura. Cada huevo de gallina se produce según un plan de construcción definido con precisión y establecido por la naturaleza. Esto requiere muchos materiales de construcción diferentes, todos los cuales desempeñan su papel en su éxito. Si un componente es defectuoso o no está presente en cantidad o calidad suficiente, se producirán defectos de construcción. En el caso del huevo de gallina, estos defectos se manifiestan rápidamente en forma de una mala calidad de la cáscara o la ausencia total de ésta.
Así pues, los huevos de gallina no sólo son únicos, sino verdaderas obras de arte.
Sin embargo, lo que revela el exterior de un huevo de gallina es sólo la punta del iceberg. La cáscara representa sólo el 10% de la masa total del huevo. En su interior, un huevo de gallina está compuesto por un 58% de clara de huevo, una solución acuosa que contiene proteínas. La sustancia restante se denomina yema o vitelo y está compuesta por una emulsión de grasa en agua. Como su nombre indica, la yema es amarilla. La intensidad del color que finalmente presenta la yema no se debe a la raza de la gallina, al tamaño del huevo o al momento de la puesta. El grado de amarillez de la yema depende exclusivamente de los colorantes absorbidos a través del alimento. Por cierto, el color de la yema de huevo que se percibe como especialmente agradable depende totalmente del lugar donde se viva. En el norte, a los alemanes les gusta el amarillo, mientras que en el sur prefieren el naranja dorado. En los huevos ecológicos, la yema suele tener un color más claro, ya que los aditivos colorantes en la alimentación son tabú para las gallinas ecológicas.
¡Huevo de gallina todoterreno!
Aunque el huevo de gallina es un verdadero producto de masas, no se le puede llamar simplón. Al contrario. El huevo de gallina es una estructura muy compleja con numerosas funciones. No sólo sirve para el consumo humano, sino que también proporciona un espacio para vivir y alimentar al polluelo que crece, una habitación de hotel con pensión completa, por así decirlo. El envase también es uno de los refinamientos especiales de la naturaleza. Es lo suficientemente fuerte como para proteger contra los golpes, no deja ninguna posibilidad de que penetren los virus y las bacterias y, al mismo tiempo, protege el interior de la desecación.