Cuando los huevos de gallina se compran en los supermercados o se comercializan, deben estar etiquetados de forma adecuada. Desde 2004, existe una norma de etiquetado obligatorio como parte de las normas de comercialización de la UE para los huevos. Desde 2005, el etiquetado de los huevos también se aplica a los huevos clasificados que se venden directamente del productor al consumidor final. Sin embargo, las normas de etiquetado menos estrictas se aplican a los huevos sin clasificar y sin envasar que se venden a domicilio o directamente en el punto de producción, lo que probablemente sea el caso de la mayoría de los criadores de pollos aficionados.
Marcado de los huevos de gallina
Índice
¿Cómo es el marcado?
El marcado de los huevos consiste en un código de números y letras impreso en el huevo. Hace que el huevo sea “transparente”, es decir, proporciona información sobre la historia del huevo respectivo con respecto al tipo de cría, la granja de puesta y el país de puesta. Además del huevo, también hay mucha información en el envase del huevo. Por ejemplo, el envase ofrece información sobre el lugar de envasado de los huevos, la vida útil mínima y la categoría de calidad a la que pertenecen.
Etiquetado en el cartón de huevos
Aquí también se puede ver el tamaño del huevo. Depende de la clase de peso y se indica como guía para el consumidor final.
Los tamaños de huevos más comunes son:
- M, que significa huevos de tamaño medio con un peso de entre 53 y 62 gramos.
- L, que significa huevos grandes de entre 63 y 72 gramos
- S, huevos pequeños de menos de 52 gramos (es más raro encontrar huevos de tamaño S en los estantes de los supermercados)
- XL, huevos de gallina de más de 73 gramos.
Leer correctamente el código del huevo
Un huevo de gallina contiene todo tipo de información para el consumidor final. El llamado código del productor consta de tres partes. El primer dígito indica el sistema de cría. El 0 significa que el huevo procede de la producción ecológica, el 1 representa la cría al aire libre y el 2 el establo. A esta cifra le sigue el código del país de origen, donde ES significa España (AT para Austria, NL para los Países Bajos, etc.). La última combinación de dígitos está formada por el código del estado federado en el que se encuentra la granja de puesta y el número de la casa.
Información obligatoria y voluntaria
La información obligatoria sobre el huevo de gallina incluye:
- código de país,
- Número de explotación del productor (código del productor)
- El método de cría en forma de código en el huevo
La información obligatoria en los envases de los huevos de gallina incluye:
- Durabilidad mínima
- Clase de calidad
- Peso
- Código de estación de embalaje
- Tipo crianza
Si los huevos se venden con el añadido “extra frescos” o “extra”, debe indicarse el día de puesta. Son huevos que se distinguen por su particular frescura. Su cámara de aire tiene una altura máxima de 4 mm, pero sólo hasta nueve días después de la fecha de puesta, tras lo cual son “sólo” huevos de grado A. La información voluntaria en el etiquetado de los huevos, que sin embargo está regulada por la ley, incluye información adicional para el consumidor, como la alimentación de las gallinas ponedoras. También se puede imprimir la fecha de puesta. Sin embargo, si está impreso en el envase, también debe estarlo en cada huevo. Como información para el minorista, también hay una recomendación sobre el último día de venta, que no suele ser más de 21 días después de la fecha de colocación.
Clases de calidad en el etiquetado de los huevos
En toda la UE, los huevos se dividen en cuatro categorías de calidad. Sin embargo, sólo se venden al consumidor final huevos de categoría A, que deben estar limpios, sin daños y con una forma normal. Si son especialmente frescas, es decir, si su cámara de aire no tiene más de 4 mm de altura, pueden marcarse con una banda especial con la mención extra o extra fresca. Sin embargo, si los huevos no se venden al cabo de siete días, debe retirarse el precinto y los huevos vuelven a ser los normales de categoría A. Los huevos de categoría B sólo pueden venderse a la industria alimentaria. Se trata de huevos de segunda opción cuya cámara de aire ya tiene 9 mm de altura y que sólo pueden mantenerse refrigerados durante todo el tiempo. Los huevos de categoría C no son aptos para el consumo humano y se utilizan, por ejemplo, para la producción de piensos.