Básicamente, podemos decir que en cuanto una gallina deja de cacarear, es capaz de volver a poner huevos. No es posible determinar el tiempo exacto.
Depende del tiempo que la gallina lleve a sus polluelos. Mientras continúe el cuidado intensivo de los niños, no cabe esperar que haya huevos. La mayoría de las gallinas conducen a sus polluelos entre 4 y 6 semanas, tras las cuales son “mordidos”.
Algunas gallinas sobreprotectoras incluso cuidan de sus hijos durante 8 semanas o más. También es posible lo contrario, ya que algunas gallinas desechan a sus polluelos después de sólo 3 semanas.
Las gallinas suelen empezar a mudar inmediatamente después de la cría, durante la cual tampoco se producen huevos. Una vez que este extenuante procedimiento ha terminado y todo el plumaje brilla con un nuevo esplendor, pronto se puede esperar otra bendición de huevos.