Muchos caminos llevan a Roma, como ya había reconocido Alanus de Insulis. El proverbio del siglo XII sigue siendo válido hoy en día, ya que, al igual que los cristianos de la Alta Edad Media veían a Roma como el centro de su fe, muchos criadores consideran que las incubadoras y las criadoras de área son la única forma de incubar artificialmente los huevos de gallina. Pero lejos de eso, no siempre tiene que ser una incubadora para que los huevos nazcan. Hay otras alternativas, algunas de ellas espeluznantes, pero que funcionan. Sin embargo, estas curiosas alternativas de incubación tienen una pega: a veces hay que hacer importantes sacrificios en cuanto a la tasa de eclosión.
Índice
Incubación de huevos con una lámpara de luz roja
Probablemente uno de los métodos más difíciles para hacer nacer un pollito de un huevo de gallina fecundado. Sin embargo, es un método con el que ya se han conseguido resultados positivos, siempre que se observen algunas cosas. Para que un polluelo salga realmente del huevo después de 21 días, la temperatura, la humedad y el suministro de oxígeno deben ser los adecuados. La temperatura de incubación debe rondar entre los 37,5 y los 38,0 grados centígrados, una tarea que puede llevarse a cabo con la ayuda de una lámpara de luz roja. Dependiendo de la distancia a los huevos para incubar, la temperatura de la superficie se puede regular y controlar con un termómetro convencional. Los huevos deben girarse al menos una vez al día a partir del tercer día de la puesta para evitar que el polluelo se pegue a la cáscara.
El menor problema de este método es también el oxígeno suficiente, ya que si se utiliza una caja abierta como lugar de incubación, los huevos reciben constantemente oxígeno. Mantener la humedad correcta es mucho más difícil. En los primeros 18-19 días, este porcentaje debería ser de entre el 40 y el 60 por ciento y aumentar al menos hasta el 70 por ciento el día de la eclosión, para que la cáscara del huevo sea lo suficientemente elástica como para que los polluelos puedan perforarla. Para regular la humedad se pueden colocar platos con agua y esponjas húmedas, pero suele ser necesario complementar con un pulverizador floral al final del periodo de incubación para dar a los huevos la humedad necesaria. En este método nunca debe omitirse un higrómetro, ya que es difícil estimar la humedad real.
Método de acuario para la cría de polluelos
Para los acuarios jubilados, puede llegar la oportunidad de la resurrección. Para incubar los huevos en un acuario, éste se llena de agua hasta cubrir el calentador del acuario. Los huevos que se van a incubar se colocan ahora en un recipiente flotante, cuyo borde debe ser lo suficientemente alto como para proteger a los huevos del agua y a los polluelos después de la eclosión de un viaje involuntario a nado.
Con una temperatura del agua de 38,5 grados centígrados, la temperatura de incubación de los huevos “nadadores” es casi ideal. El volteo regular es, por supuesto, como en todos los demás aparatos de incubación, parte de la tarea diaria de la “gallina sustituta” humana. La humedad y el suministro de oxígeno también se acercan al óptimo con este método y pueden controlarse mediante un higrómetro. Atención: Si la humedad es demasiado alta durante el periodo previo a la eclosión (hasta el día 18), los polluelos pueden atascarse tras perforar la cáscara del huevo.
Incubadora de reptiles para huevos de gallina
Una alternativa técnicamente avanzada a la incubadora especial para huevos de gallina son las llamadas incubadoras para la incubación de reptiles. En principio, funcionan como las incubadoras de superficie convencionales, pero no ofrecen tanto espacio para los huevos incubados. Además, la humedad suele ser mayor en las incubadoras de reptiles que en las de área. Sin embargo, es posible regular el nivel del depósito de agua, pero hay que consultar un higrómetro para no arriesgarse a una eclosión previa demasiado húmeda y, por tanto, a unos resultados de eclosión deficientes.
La ventilación regular también debe realizarse manualmente cada día -levantando la tapa- para garantizar un suministro suficiente de oxígeno. Mientras tanto, también existen incubadoras especiales para huevos de aves de corral. Dependiendo del diseño y el tamaño, estos dispositivos tienen capacidades que van desde cantidades muy pequeñas (las llamadas mini incubadoras) hasta capacidades de varias decenas de huevos de gallina y dispositivos de giro manuales o semiautomáticos.
Notas sobre los métodos mencionados
No obstante, me gustaría señalar que las posibilidades de cría que se presentan aquí deben considerarse más bien como “trucos” y no como una posibilidad de cría dirigida. Además, con las alternativas mencionadas, los parámetros de cría no pueden ajustarse con la misma precisión que en las criadoras o incubadoras de superficie, lo que significa que no se ofrecen a los polluelos las condiciones óptimas para un nacimiento exitoso y un crecimiento saludable. Por esta razón, estos “experimentos” deben evitarse por el bienestar de los animales.